Holanda demostró por qué es el número 1 del mundo. Le ganó a Nueva Zelanda por 7 - 3 en la cuarta jornada del Mundial que se juega en Rosario.
Desde el inicio, el partido le dió al poco público presente, el calor que el clima les negó. Unos pocos minutos bastaron para que Nueva Zelanda sorprendiera y pusiera las cosas 1 - 0 arriba. Pero Holanda sólo necesitó de ese estímulo para poner primera y arrancar y tan sólo 2' después, el partido ya estaba empatado.
El primer tiempo transcurrió con las naranjas intentando por todos los medios ampliando el marcador a través de seguidillas de cortos, y la defensa negra trabajando a cuatro manos. Sólo Lammers tuvo suerte en el minuto 16', sola en el área para desviar y marcar como es su costumbre.
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Con el partido 2 - 1 la esperanza neocelandesa se intensificaba. Pero a nada de comenzado el segundo tiempo, una tripleta de Holanda les sopló el castillo de naipes. Implacables, las holandesas no se quedaron contentas y fueron por más. Y marcaron ni más ni menos que siete goles, un número que a esta altura ya parece la cábala naranja (La misma cantidad le habían convertido a India en el debut) Hoog, Lammers, Agliotti, Van der Pols y Schopman, todas probaron y todas marcaron.
Las Black Sticks sin embargo, lejos de desmoronarse, siguieron dando batalla y consiguieron dos goles más, uno de desvío y otro de penal para alegría de los hinchas que a pesar del resultado y el frío, las alentaron sin tregua.
Gran demostración de la fuerza holandesa que se afirma justificadamente como líder del Grupo A.
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