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martes, 21 de diciembre de 2010

Retegui sueña con jugar como el Barça


Carlos Retegui cargó ayer con toda la gloria sobre su cuerpo. Literalmente. Trajo la Copa del Mundo en una bolsa blanca, sostenida con la mano izquierda. Con el brazo derecho, levantó la pesadísima jugadora tallada en piedra, del Champions Trophy. Y dentro de una mochila trasladó el Rabo Trophy, el trofeo más discreto en tamaño e importancia. Llegado a la redacción de La Nacion, el Chapa posó junto con todos los lauros, síntesis de la temporada perfecta de las Leonas. "Esperaba un taxi en la 9 de Julio y dos policías reconocieron la muñeca del Champions Trophy. Creo que nos metimos en la piel de la gente", comenta el entrenador, que, junto con su cuerpo técnico y sus dirigidas, logró todos los objetivos posibles en el hockey femenino de 2010.

-Ahora que consiguieron todo, ¿el compromiso es el mismo en 2011?
-Sí, la responsabilidad de estar a cargo de un equipo emblemático del deporte argentino continúa. Hay que seguir llevando a este grupo de mujeres al límite en cuanto a lo mental, lo físico y lo conceptual. El doble y triple turno de entrenamiento nos dio resultado, pero tenemos que entrenarnos con más calidad, más concepto.

-¿Y eso en qué se traduce?
-En que las jugadoras sean cada vez más inteligentes y que entiendan cada vez mejor lo que se necesita para actuar en el hockey internacional. El equipo ya es inteligente en forma colectiva, porque lo demostró en Rosario. Pero falta que cada Leona visualice el juego en su totalidad y lo vuelque en la cancha.

-¿Cuál es la aspiración?
-Ahora soñamos con jugar como el Barcelona en el fútbol, y el seleccionado lo puede lograr. Por momentos lo ha hecho en el Mundial. Cuando asumimos, hace dos años, nuestra misión como entrenadores era ser el mejor equipo de la historia. En todo este período lo ganamos todo, pero hay que trabajar más fuerte. Lo bueno es que cada vez hay más ganas y energía. Siento que se mantiene ese fuego sagrado de querer ir por más.

-Hay cinco jugadoras importantes que se retiraron (Burkart, Russo, Rossi, Gulla y Vatteone). ¿No sería lógico que el seleccionado se viera resentido en su estructura en 2011?
-Para nada, porque el patrón de juego viene desde lo colectivo, no desde lo individual. Ellas cinco son irreemplazables, pero hay otras que también pueden alcanzar un nivel superlativo y vienen pidiendo minutos desde hace rato. Podemos crecer mucho porque somos un seleccionado joven, con gran proyección.

-Dame nombres propios.
-Daniela Sruoga jugará en lugar de Mariné Russo. Para mí, Daniela es una de las cinco mejores del mundo en la actualidad; es un monstruo. Josefina Sruoga maduró un montón después del golpe de haber quedado fuera del Mundial y le dará mucho al equipo. Delfina Merino, Marcela Casale y Carla Dupuy van a tener más minutos adelante. La idea es que el seleccionado sume mucha más gente en el ataque, que proponga el palo por palo y no deje -como hasta ahora- a las volantes centrales siempre para la prevención, la descarga y el equilibrio. Por eso es que aspiro a imitar a Barcelona.

-Todos hablan de Jimena Cedrés, de 17 años, a quien apuntan como la sucesora de Luciana Aymar.
-Lucha es incomparable, es Michael Jordan. Y Jimena es como Messi en el Mundial de Alemania 2006; posee unas condiciones bárbaras, es una jugadora diferente, pero tiene que atravesar un proceso. Lo mejor de ella es su familia, que le hace poner los pies sobre la tierra.

-Aymar decidió tomarse un descanso después del Mundial. ¿En qué momento se va a reinsertar?
-Lo ideal es que ella se sume a fines de abril, dos meses antes del Champions Trophy de Holanda. Lucha quiere jugar siempre, pero hay que hacerle entender que debe descansar y llegar a su pico máximo en los dos principales torneos: el Champions y los Juegos Panamericanos de Guadalajara, en octubre, que son nuestro objetivo primordial porque da la clasificación para los Juegos de Londres 2012.

-El argentino Maximiliano Caldas asumió en Holanda. ¿Es un desafío mayor?
-Es al revés: se tiene que preocupar él por nosotros. Argentina no se preocupa por ningún equipo del mundo. A Maco lo aprecio mucho porque fuimos compañeros en la selección y es un DT supercapaz. Pero él es el que tiene que empezar a tomar decisiones. Al entrenador anterior, Herman Kruis, lo echaron pese a que Holanda fue subcampeón en los principales torneos. Nosotros estamos metidos en nuestro camino, en nuestra historia, en nuestra misión. Queremos seguir escribiendo el deporte argentino con letras de oro.

Fuente: Cancha Llena

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