Desde que terminó el partido estoy tratando de ver como arranco esta crónica. Es que a pesar del 0-2 en el marcador y ver la plata colgada en el cuello de nuestras Leonas, no puedo dejar de pensar que son de oro. Dice el tablero que Argentina perdió frente a Holanda por 2-0 en la final de los Juegos Olímpicos y sin embargo, yo sigo sintiendo que ganamos igual.
Este es un equipo que entregó todo, que se bancó un trajín por momentos inhumano; que tuvo lesiones, sustos y milagros. También tuvo una arquera "inexperta" que le sacó bochas increíbles a las mejores y un milagro médico basado en la garra. Doce debutantes olímpicas que llegaron a la final y una jugadora soberbia, de otro planeta, digna de ver, que acumuló cuatro medallas olímpicas en cuatro juegos consecutivos.
Si quise ver a las Leonas en lo más alto del podio no es sólo por escuchar el himno en esa ceremonia o por el placer de ser primeros. Hoy cumple años Lucha, la Leyenda, y me hubiera encantado que su cuarta presea fuera una joya dorada como su hockey. Creo que todo el equipo lo debe haber deseado. Pero a Paumen y sus amigas se les ocurrió despertarse hoy de su sopor táctico y decidieron jugar bien para arruinar la fiesta.
Fue mejor hoy Holanda porque logró presionar a Argentina desde el principio: Fue mejor porque lo que Paumen embocó en el segundo gol, también fue digno de aplauso.
¡Cuánta alegría me dió ver un equipo argentino sólido, íntegro en todas sus líneas, con un futuro esperanzador!, uno que me hace sentir que Las Leonas seguirán en lo más alto del hockey mundial por mucho tiempo más.
Quisiera dedicarle un párrafo a cada una de estas chicas. Cada una lo merece. Pero creo que todo se resume en una palabra: ¡GRACIAS! Por esta alegría inmensa, por el esfuerzo, la entrega y la convicción de que el hockey se vive con pasión, la misma que dejaron en cada etapa de este camino a la gloria.
¡Gracias Leonas! ¡Son de ORO! ¡Vamos Argentina Carajo!
Foto: Frank Uijlenbroek
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