Un partidazo no apto para cardíacos vivimos con la definición del Champions Trophy 2011 donde Argentina empató 3 - 3 en tiempo regular frente al local Holanda y llevó el encuentro a una definición por penales australianos que dejó a las europeas con la medalla dorada.
Desde los 17" del primer tiempo, Argentina estuvo en ventaja con un sorpresivo y rápido gol pergeñado entre Sole García y la velocidad de Carla Rebecchi. Aymar y Sruoga completaron sendas jugadas de corto para poner las cosas 3 - 0 hasta casi el mismísimo final del primer tiempo, aunque Holanda manejaba mejor la pelota.
Y después se vino el "cuco": Paumen. Implacable. En todas partes. En la arrastrada un infierno, en el medio el motor del juego y en el liderazgo, quien hoy marcó la diferencia. Así, tras la corneta del final de la primera etapa, la capitana holandesa comenzaba a descontar en el marcador y ponía el 1 - 3 para festejo de los locales.
En el segundo tiempo, la defensa argentina mostró algunos titubeos. Nuevamente un par de fallas no forzadas otorgaron chances al equipo naranja de sumar. Y Paumen no lo desaprovechó. Fueron dos arrastradas más para igualar las cosas y hacer que todo volviera a empezar.
Dos suplementarios para el sufrimiento con idas y venidas, pero más pensado que lanzado, cuidando de no equivocarse y que la fatalidad nos dejara sin nada. Y llegó la primera definición por penales australianos como frutilla del postre.
En cada mano a mano entre arquera y delantera, cada hincha perdió el aire. Convirtió García y festejamos. Repitió Carlita y creimos que lo metía, pero se abrió demasiado. Falló Lucha y nos comimos lo que nos quedaba de uñas. Merino encaró irrespetuosamente ¡y a cobrar! Atajó Succi y respiramos. Pero la esperanza duró poco, porque Dani Sruoga no pudo sacarnos de la desventaja y festejó todo Holanda.
Argentina vuelve a subir a un podio y trae una nueva medalla al cuello. Seguro habrá que ajustar cosas de cara a los Panamericanos pero nadie puede negar la grandeza del Campeón del Mundo que una vez más nos llevó a la final y que sigue siendo orgullo nacional.
¡Gracias Leonas! ¡Vamos Argentina!
Foto: AP
Desde los 17" del primer tiempo, Argentina estuvo en ventaja con un sorpresivo y rápido gol pergeñado entre Sole García y la velocidad de Carla Rebecchi. Aymar y Sruoga completaron sendas jugadas de corto para poner las cosas 3 - 0 hasta casi el mismísimo final del primer tiempo, aunque Holanda manejaba mejor la pelota.
Y después se vino el "cuco": Paumen. Implacable. En todas partes. En la arrastrada un infierno, en el medio el motor del juego y en el liderazgo, quien hoy marcó la diferencia. Así, tras la corneta del final de la primera etapa, la capitana holandesa comenzaba a descontar en el marcador y ponía el 1 - 3 para festejo de los locales.
En el segundo tiempo, la defensa argentina mostró algunos titubeos. Nuevamente un par de fallas no forzadas otorgaron chances al equipo naranja de sumar. Y Paumen no lo desaprovechó. Fueron dos arrastradas más para igualar las cosas y hacer que todo volviera a empezar.
Dos suplementarios para el sufrimiento con idas y venidas, pero más pensado que lanzado, cuidando de no equivocarse y que la fatalidad nos dejara sin nada. Y llegó la primera definición por penales australianos como frutilla del postre.
En cada mano a mano entre arquera y delantera, cada hincha perdió el aire. Convirtió García y festejamos. Repitió Carlita y creimos que lo metía, pero se abrió demasiado. Falló Lucha y nos comimos lo que nos quedaba de uñas. Merino encaró irrespetuosamente ¡y a cobrar! Atajó Succi y respiramos. Pero la esperanza duró poco, porque Dani Sruoga no pudo sacarnos de la desventaja y festejó todo Holanda.
Argentina vuelve a subir a un podio y trae una nueva medalla al cuello. Seguro habrá que ajustar cosas de cara a los Panamericanos pero nadie puede negar la grandeza del Campeón del Mundo que una vez más nos llevó a la final y que sigue siendo orgullo nacional.
¡Gracias Leonas! ¡Vamos Argentina!
Foto: AP
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