Esa rodilla izquierda carga con 14 años de selección, 300 partidos internacionales y una cantidad incalculable de giros imprevistos. El precio que tuvo que pagar Luciana Aymar por su magia fue una osteocondritis que mantiene alerta al mundo de las Leonas. "Es una lesión crónica, que no se cura; cuido la rodilla con kinesiología y con las cargas que voy haciendo en los entrenamientos. Es un tema que me preocupa", reconoce la N° 1 del mundo.
En el seleccionado se está preparando el camino para que la rosarina cumpla con sus tres últimos mojones de la mejor forma: el Champions Trophy (a partir del 25 de junio), los Panamericanos de Guadalajara (en octubre) y los Juegos Olímpicos de Londres 2012. En este contexto, Lucha decidió despedirse de GEBA, su equipo en el Metropolitano, para focalizarse exclusivamente con la camiseta argentina en este tramo final de su carrera. "No me sumaba la superposición de ensayos entre GEBA y el seleccionado; no me sentía cómoda en lo físico ni en lo anímico".
Una de las conquistas del DT Carlos Retegui es haberle quitado al equipo el rasgo de Aymardependencia que arrastraba de la gestión anterior. Pero sería de necios asegurar que las Leonas rendirían igual sin Luciana en la cancha, estandarte de esa obsesión por la medalla dorada olímpica. Por ese motivo, el cuerpo técnico y médico detiene la mirada particularmente en el caso.
"Lucha es superexigente consigo y hay que saber manejar sus ansiedades. Tenés que hacerle ver que debe prepararse de manera especial porque ella quiere entrenarse siempre al ciento por ciento, sin darse concesiones", explica Retegui, que proyectó su futuro rendimiento: "Para el Champions Trophy llegará 7 puntos, pero en los Panamericanos se la verá mejor que en el Mundial de Rosario: 10 puntos de la cabeza y 11 conceptualmente, ya que está por encima del resto".
Sergio Lemos, que comanda el cuerpo de kinesiología de las Leonas, sostiene: "Estamos tomando medidas preventivas y nos mantenemos muy atentos a cualquier manifestación de la rodilla. Cuando juega no le molesta, porque el centro de gravedad es más bajo; el problema se presenta cuando corre en continuado, ya que la osteocondritis es una lesión de apoyo continuo sobre un mismo punto. Allí es donde se puede sentir el pinchazo".
La idea con vistas a Londres 2012 es llevar adelante un tratamiento que no sea agresivo, un combo que incluye aparato de magneto, analgésicos y hielo. También, ahorrarle ejercicios que puedan perjudicarla. Alejandro Labonia, el preparador físico, señala: "Ponemos especial cuidado en los trabajos de saltabilidad y explosión para que no se resienta la lesión. Hay que concientizarla, ella es cabeza dura porque siempre va para adelante. Que haga esos ejercicios sólo en la medida que no le duela. El problema del hockey es que la superficie te destruye".
A los 33 años, Luciana Aymar dejó momentáneamente de lado todo lo relacionado con la parte artística para dedicarse de lleno al seleccionado. Ese faro de Londres 2012 que resplandece a lo lejos la mantiene hipnotizada. "No es que quiero agregar otros Juegos a mi carrera por que sí; si hago este último esfuerzo es porque creo que vale la pena y porque nos falta la medalla de oro olímpica", apunta la rosarina.
La osteocondritis que aguijoneó su rodilla -siempre se evitó pasar por el quirófano- la dejó al borde del retiro en 2007, tras los Panamericanos de Río. Aquella fue una crisis que condujo a todo un replanteo de su vida. Hoy, Lucha se propone escribir los últimos capítulos de su leyenda en el hockey. Dependerá de ella, pero también de sus dolencias.
Siempre con lo mejor, más allá de la edad
Carlos Retegui no especula con las listas de convocadas: "Siempre irán las que están mejor en el momento, tanto para el Champions Trophy, como en los Panamericanos y los Juegos Olímpicos. No importa que la jugadora tenga 16 años o 38".
La osteocondritis que padece aymar obligará a la N° 1 a dejar el hockey luegode los próximosjuegos olímpicos
Fuente: La Nación / Gastón Saiz
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