La experiencia y el amor por el hockey se resumieron ayer en un solo nombre: Carlos Retegui. En su paso por Salta, el actual entrenador campeón del mundo junto a Las Leonas dialogó con El Tribuno en una charla amena con ideas y proyectos compartidos.
¿Esta nueva visita por Salta qué tiene de especial?
Es algo muy importante porque es ver los frutos de un sueño que con Sandra (Isola) lo tenemos hace más de tres años: llevar el hockey a toda la provincia. Ahora nos toca la entrega de materiales y quizás eso nos hace verlo más real que nunca. Obviamente, hay que seguir caminando la provincia. Hemos recorrido 35 municipios pero nuestro compromiso sigue.
De todos los viajes que realizaste por el interior, ¿qué recuerdo es el que te quedó guardado en el corazón?
El cariño con el que nos recibe la gente en cada uno de los lugares donde vamos es lo que más valoro. Por ejemplo, en una de las visitas a Pichanal, terminamos bailando en la terminal de ómnibus. Cuando vos a la gente le prometes y le cumplís, ellos te creen.
Salta es especial para vos hace mucho tiempo...
Es mi segundo hogar, me siento un salteño más. Hace poco estuve en el Río Juramento, donde juraron por primera vez nuestra bandera. Llevo tatuada la celeste y blanca y saber que esta provincia forma parte de la historia de ese emblema tan querido por mí la hace más especial todavía.
¿Te sentís una estrella del deporte? Donde vas te tratan como un ídolo.
Las únicas estrellas que conozco están en el cielo. Eso me lo enseñó mi papá siempre y es lo que trato de hacer. No me considero para nada una de ellas. Simplemente soy un hombre que ama lo que hace y disfruta del cariño de la gente.
¿Cómo manejás eso de ser el técnico de Las Leonas y enseñarle a chicos que nunca jugaron hockey y, en algunos casos, de muy bajos recursos?
Soy el mismo. La pasión es igual cuando dirijo a Las Leonas que cuando estoy en cualquier otro lugar, enseñando hockey. Lo disfruto mucho.
Hablando de Las Leonas, ¿cómo vivió el equipo la derrota en la final de los Juegos Panamericanos?
Cuando un equipo está acostumbrado a ganar y por ahí te toca perder es fuerte. Pero no por eso estamos deprimidos ni bajo tierra. Así como no nos sentíamos ni mágicos ni extraterrestres cuando salimos campeones del mundo, de la misma manera ahora lo tomamos con tranquilidad.
¿Cuál es el mensaje que le diste al equipo en ese momento?
Tranquilidad. Un resultado no opacará un trabajo que venimos haciendo hace más de tres años. El 23 de noviembre empezaremos el trabajo con vistas a los Juegos Olímpicos y allí se analizará más detalladamente lo que pasó en los panamericanos, pero es importante saber que de cincuenta partidos jugados solo perdimos dos.
La incorporación de Argentina a Londres 2012 se dio en los últimos días. ¿Estaba contemplado o los tomó por sorpresa?
Estaba contemplado por reglamento. Cuando terminó la competencia en Guadalajara preferí ser prudente y esperar la oficialización de la Federación Internacional de Hockey (FIH) que sabíamos se expediría el 11 o 12 de noviembre, como lo hizo.
Sergio (Cachito) Vigil comentó que tenía el presentimiento que esta vez Las Leonas ganarían el oro olímpico.
Cuando estás afuera está bueno pero por ahí es lo mismo que de mi parte desee que River salga campeón de la Copa Libertadores. Hay que entrenar y caminar sobre la tierra, porque si no te confundís. No pienso en la medalla de oro, pienso en la cantidad, la calidad del juego y en ir encontrando el equipo para los Juegos Olímpicos. Si me preguntás qué pensaré cuando empiecen las olimpíadas te voy a responder que hay que ir partido a partido.
Se dijo que Las Leonas habían subestimado el nivel de juego de los panamericanos. ¿Es verdad?
Nunca permitiría que un equipo que yo dirijo subestime al rival. No tengo conocimiento que lo hayan hecho porque hemos respetado a cada uno de los equipos con los que nos tocó jugar, sin importar qué lugar ocupen en el ranking mundial. Para mí, la actitud no se negocia.
¿Qué ventajas te brindó ser técnico de Las Leonas y qué resignaste?
La alegría de despertarme cada mañana e ir a entrenar a uno del los seleccionados emblemáticos del deporte argentina. Lo que resigné... tiempo de estar con mis hijos, pero Mica y Matu sabrán en el futuro que su papá dio todo cuando le tocó dirigir a la Selección.
Fuente: El Tribuno / Foto: Sandra Ísola
¿Esta nueva visita por Salta qué tiene de especial?
Es algo muy importante porque es ver los frutos de un sueño que con Sandra (Isola) lo tenemos hace más de tres años: llevar el hockey a toda la provincia. Ahora nos toca la entrega de materiales y quizás eso nos hace verlo más real que nunca. Obviamente, hay que seguir caminando la provincia. Hemos recorrido 35 municipios pero nuestro compromiso sigue.
De todos los viajes que realizaste por el interior, ¿qué recuerdo es el que te quedó guardado en el corazón?
El cariño con el que nos recibe la gente en cada uno de los lugares donde vamos es lo que más valoro. Por ejemplo, en una de las visitas a Pichanal, terminamos bailando en la terminal de ómnibus. Cuando vos a la gente le prometes y le cumplís, ellos te creen.
Salta es especial para vos hace mucho tiempo...
Es mi segundo hogar, me siento un salteño más. Hace poco estuve en el Río Juramento, donde juraron por primera vez nuestra bandera. Llevo tatuada la celeste y blanca y saber que esta provincia forma parte de la historia de ese emblema tan querido por mí la hace más especial todavía.
¿Te sentís una estrella del deporte? Donde vas te tratan como un ídolo.
Las únicas estrellas que conozco están en el cielo. Eso me lo enseñó mi papá siempre y es lo que trato de hacer. No me considero para nada una de ellas. Simplemente soy un hombre que ama lo que hace y disfruta del cariño de la gente.
¿Cómo manejás eso de ser el técnico de Las Leonas y enseñarle a chicos que nunca jugaron hockey y, en algunos casos, de muy bajos recursos?
Soy el mismo. La pasión es igual cuando dirijo a Las Leonas que cuando estoy en cualquier otro lugar, enseñando hockey. Lo disfruto mucho.
Hablando de Las Leonas, ¿cómo vivió el equipo la derrota en la final de los Juegos Panamericanos?
Cuando un equipo está acostumbrado a ganar y por ahí te toca perder es fuerte. Pero no por eso estamos deprimidos ni bajo tierra. Así como no nos sentíamos ni mágicos ni extraterrestres cuando salimos campeones del mundo, de la misma manera ahora lo tomamos con tranquilidad.
¿Cuál es el mensaje que le diste al equipo en ese momento?
Tranquilidad. Un resultado no opacará un trabajo que venimos haciendo hace más de tres años. El 23 de noviembre empezaremos el trabajo con vistas a los Juegos Olímpicos y allí se analizará más detalladamente lo que pasó en los panamericanos, pero es importante saber que de cincuenta partidos jugados solo perdimos dos.
La incorporación de Argentina a Londres 2012 se dio en los últimos días. ¿Estaba contemplado o los tomó por sorpresa?
Estaba contemplado por reglamento. Cuando terminó la competencia en Guadalajara preferí ser prudente y esperar la oficialización de la Federación Internacional de Hockey (FIH) que sabíamos se expediría el 11 o 12 de noviembre, como lo hizo.
Sergio (Cachito) Vigil comentó que tenía el presentimiento que esta vez Las Leonas ganarían el oro olímpico.
Cuando estás afuera está bueno pero por ahí es lo mismo que de mi parte desee que River salga campeón de la Copa Libertadores. Hay que entrenar y caminar sobre la tierra, porque si no te confundís. No pienso en la medalla de oro, pienso en la cantidad, la calidad del juego y en ir encontrando el equipo para los Juegos Olímpicos. Si me preguntás qué pensaré cuando empiecen las olimpíadas te voy a responder que hay que ir partido a partido.
Se dijo que Las Leonas habían subestimado el nivel de juego de los panamericanos. ¿Es verdad?
Nunca permitiría que un equipo que yo dirijo subestime al rival. No tengo conocimiento que lo hayan hecho porque hemos respetado a cada uno de los equipos con los que nos tocó jugar, sin importar qué lugar ocupen en el ranking mundial. Para mí, la actitud no se negocia.
¿Qué ventajas te brindó ser técnico de Las Leonas y qué resignaste?
La alegría de despertarme cada mañana e ir a entrenar a uno del los seleccionados emblemáticos del deporte argentina. Lo que resigné... tiempo de estar con mis hijos, pero Mica y Matu sabrán en el futuro que su papá dio todo cuando le tocó dirigir a la Selección.
Fuente: El Tribuno / Foto: Sandra Ísola
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