Ángel Sánchez tiene 27 años, quiere ser mujer legalmente y jugar para un equipo femenino de hockey sobre césped, deporte que lo practica desde los 11 años. Tiempo de San Juan te cuenta la historia de la travesti que en la cancha usa pantalón y botines y en el ámbito personal, tacos y vestido.
Y pensar que cuando tenía 11 años su mamá no lo dejaba jugar de chico al hockey sobre césped porque decía que era un deporte de mujer. Según él, con tan poca edad, sabía cuál era su inclinación sexual. Su documento dice que se llama Ángel Sánchez aunque si se lo encuentra en un colectivo o en su casa, está vestido como mujer, su postura es femenina y el brushing es infaltable. Sin embargo, llegan los domingos y su actitud de mujer la deja en el vestuario y sale a la cancha de hockey sobre césped convertido en todo un hockysta. Más conocida como “Mino”, quien se asume como travesti, tomó la decisión de iniciar los trámites para convertirse legalmente en Natasha del Valle con el objetivo de ser reconocida como mujer y aceptada en un equipo de hockey femenino.
Mino actualmente entrena junto al plantel de masculino de la Municipalidad de Pocito. Cuenta que hace meses no juega los partidos oficiales porque no tiene el carnet, pero se da maña para pasar aunque sea pocas horas con el stick y la bocha. Además es ayudante de campo de las Mamis Hockey del Poder Judicial. Y hay más, es estilista. En su casa tiene una pequeña pero completa peluquería con la cual se gana la vida. Es hijo de Romelia y Ángel Sánchez y tiene seis hermanos, con los cuales vive en el Barrio Martín Fierro, en Chimbas.
Simpático, atento y muy liberal, así se muestra tanto en la calle como en la cancha. Comenzó con el hockey sobre césped a muy temprana edad. Cuenta que cuando tenía 11 años, su vecina Laura Vázquez, quien jugaba para las Mamis Hockey de la Universidad Nacional de San Juan, lo invitaba todas las tardes a los entrenamientos. Allí, rodeado de mujeres, comenzó a gustarle el deporte. A los tres meses le avisaron que en la misma institución tenían hockey sobre césped masculino y decidió iniciar las prácticas. Ángel hace un silencio y dice que el “hockey lo sacó de la calle” y no da más detalles. En aquel entonces su director técnico era Juan Pablo Ceballos, fallecido en el cerro Mercedario y su hermano Juan Pablo, quien lo puso de arquero.
En la UNSJ pasó casi seis años en ese puesto. De hecho, en esos años participó de la selección sanjuanina sub 15 y sub 17, por entonces ya estaba seguro de su inclinación sexual y sus gustos.
Luego se fue dos años a Neuquén, allí comenzó a trabajar como peluquero y en cuanto a lo deportivo, le costó bastante encontrar un club que lo aceptara. Según cuenta, entrenó varios días con el Club los Tordos, un equipo donde había chicos con la misma condición sexual que él.
Después de dos años, volvió a San Juan para finalmente para quedarse y transformar su vida por completo.
Se unió al equipo de la Municipalidad de Pocito y hasta ahora entrena con el plantel sin jugar oficialmente. Pasó de arquero a jugador y de jugador a ayudante de campo de las Mamis Hockey del Poder Judicial. Para él es imposible olvidar a las Mamis, y en el futuro quiere ser una de ellas.
Mientras tanto y de a poco comenzó cambiar su cuerpo y renovó por completo su guardarropa. Dejó las camperas grandes, jean anchos y el bóxer y en su lugar puso botas altas, vestidos y ropa interior femenina. Lo único que dejó fueron los botines y el equipo de entrenamiento.
Mino tiene físico de hockysta femenina, tiene siliconas en los pechos y el resto lo logró con la actividad deportiva. No descarta en un futuro hacerse una operación en la cola, pero dice que le dificultaría para hacer hockey. “Para entrenar me pongo ropa de hombre, pero los reflejos y el pelo largo me delatan. A medida que fue pasando el tiempo era más demostrativa”, señala.
Asegura que muy pocas veces fue discriminado porque todo el ambiente del hockey césped lo conocía y a nadie resultaba extraño: “a ellos no les importaba lo que era fuera de la cancha, sino como era como persona y deportista”. Además, agrega, siempre espera que todos terminen de ducharse después del partido para recién ingresar él.
Le costó mucho llegar y tener lo que tiene hoy. Porque no solo le dedica tiempo al hockey y a su familia y amigos sino también que a su emprendimiento personal: la Pelu. Hace tres años comenzó a estudiar en la Escuela Técnica de Capacitación Laboral N° 27 en Chimbas, donde fue abanderado con el mejor promedio. Gracias a un subsidio del gobierno construyó su peluquería en su casa.
Confiesa que su familia lo aceptó desde siempre aunque a su mamá Romelia le costó más asumir lo que es: “Toda mi familia sabe como soy. Por ejemplo, el próximo sábado es el cumpleaños de 15 mi hermana menor y quiere que yo baile el vals con ella. Me pondré los zapatos, pantalón de vestir y chaleco y bailaré con ella. Después me pondré algo más cómodo como un vestido”.
Piensa y sueña con un futuro distinto, un futuro cercano en el que se lo reconocerá como mujer, como Natasha del Valle. “Teniendo el documento de mujer quiero jugar en un equipo de mujeres, sé que va a hacer un problema y va a costar que un equipo que me acepte. Y en ese tema hay mucha discriminación”. Sabe que no será nada fácil, pero dice que va a luchar porque es su sueño. “El hockey me descarga, me da todo, para los masculinos o femeninos lo voy a seguir haciendo”.
TEXTUAL
“El hockey me sacó de la calle y no lo voy a dejar de practicar”.
“Quiero cambiar de DNI y jugar con las chicas al hockey”.
Fuente: Tiempo de San Juan
Y pensar que cuando tenía 11 años su mamá no lo dejaba jugar de chico al hockey sobre césped porque decía que era un deporte de mujer. Según él, con tan poca edad, sabía cuál era su inclinación sexual. Su documento dice que se llama Ángel Sánchez aunque si se lo encuentra en un colectivo o en su casa, está vestido como mujer, su postura es femenina y el brushing es infaltable. Sin embargo, llegan los domingos y su actitud de mujer la deja en el vestuario y sale a la cancha de hockey sobre césped convertido en todo un hockysta. Más conocida como “Mino”, quien se asume como travesti, tomó la decisión de iniciar los trámites para convertirse legalmente en Natasha del Valle con el objetivo de ser reconocida como mujer y aceptada en un equipo de hockey femenino.
Mino actualmente entrena junto al plantel de masculino de la Municipalidad de Pocito. Cuenta que hace meses no juega los partidos oficiales porque no tiene el carnet, pero se da maña para pasar aunque sea pocas horas con el stick y la bocha. Además es ayudante de campo de las Mamis Hockey del Poder Judicial. Y hay más, es estilista. En su casa tiene una pequeña pero completa peluquería con la cual se gana la vida. Es hijo de Romelia y Ángel Sánchez y tiene seis hermanos, con los cuales vive en el Barrio Martín Fierro, en Chimbas.
Simpático, atento y muy liberal, así se muestra tanto en la calle como en la cancha. Comenzó con el hockey sobre césped a muy temprana edad. Cuenta que cuando tenía 11 años, su vecina Laura Vázquez, quien jugaba para las Mamis Hockey de la Universidad Nacional de San Juan, lo invitaba todas las tardes a los entrenamientos. Allí, rodeado de mujeres, comenzó a gustarle el deporte. A los tres meses le avisaron que en la misma institución tenían hockey sobre césped masculino y decidió iniciar las prácticas. Ángel hace un silencio y dice que el “hockey lo sacó de la calle” y no da más detalles. En aquel entonces su director técnico era Juan Pablo Ceballos, fallecido en el cerro Mercedario y su hermano Juan Pablo, quien lo puso de arquero.
En la UNSJ pasó casi seis años en ese puesto. De hecho, en esos años participó de la selección sanjuanina sub 15 y sub 17, por entonces ya estaba seguro de su inclinación sexual y sus gustos.
Luego se fue dos años a Neuquén, allí comenzó a trabajar como peluquero y en cuanto a lo deportivo, le costó bastante encontrar un club que lo aceptara. Según cuenta, entrenó varios días con el Club los Tordos, un equipo donde había chicos con la misma condición sexual que él.
Después de dos años, volvió a San Juan para finalmente para quedarse y transformar su vida por completo.
Se unió al equipo de la Municipalidad de Pocito y hasta ahora entrena con el plantel sin jugar oficialmente. Pasó de arquero a jugador y de jugador a ayudante de campo de las Mamis Hockey del Poder Judicial. Para él es imposible olvidar a las Mamis, y en el futuro quiere ser una de ellas.
Mientras tanto y de a poco comenzó cambiar su cuerpo y renovó por completo su guardarropa. Dejó las camperas grandes, jean anchos y el bóxer y en su lugar puso botas altas, vestidos y ropa interior femenina. Lo único que dejó fueron los botines y el equipo de entrenamiento.
Mino tiene físico de hockysta femenina, tiene siliconas en los pechos y el resto lo logró con la actividad deportiva. No descarta en un futuro hacerse una operación en la cola, pero dice que le dificultaría para hacer hockey. “Para entrenar me pongo ropa de hombre, pero los reflejos y el pelo largo me delatan. A medida que fue pasando el tiempo era más demostrativa”, señala.
Asegura que muy pocas veces fue discriminado porque todo el ambiente del hockey césped lo conocía y a nadie resultaba extraño: “a ellos no les importaba lo que era fuera de la cancha, sino como era como persona y deportista”. Además, agrega, siempre espera que todos terminen de ducharse después del partido para recién ingresar él.
Le costó mucho llegar y tener lo que tiene hoy. Porque no solo le dedica tiempo al hockey y a su familia y amigos sino también que a su emprendimiento personal: la Pelu. Hace tres años comenzó a estudiar en la Escuela Técnica de Capacitación Laboral N° 27 en Chimbas, donde fue abanderado con el mejor promedio. Gracias a un subsidio del gobierno construyó su peluquería en su casa.
Confiesa que su familia lo aceptó desde siempre aunque a su mamá Romelia le costó más asumir lo que es: “Toda mi familia sabe como soy. Por ejemplo, el próximo sábado es el cumpleaños de 15 mi hermana menor y quiere que yo baile el vals con ella. Me pondré los zapatos, pantalón de vestir y chaleco y bailaré con ella. Después me pondré algo más cómodo como un vestido”.
Piensa y sueña con un futuro distinto, un futuro cercano en el que se lo reconocerá como mujer, como Natasha del Valle. “Teniendo el documento de mujer quiero jugar en un equipo de mujeres, sé que va a hacer un problema y va a costar que un equipo que me acepte. Y en ese tema hay mucha discriminación”. Sabe que no será nada fácil, pero dice que va a luchar porque es su sueño. “El hockey me descarga, me da todo, para los masculinos o femeninos lo voy a seguir haciendo”.
TEXTUAL
“El hockey me sacó de la calle y no lo voy a dejar de practicar”.
“Quiero cambiar de DNI y jugar con las chicas al hockey”.
Fuente: Tiempo de San Juan
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