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jueves, 24 de enero de 2013

Carla Rebecchi anticipa cómo será su casamiento




Se conocieron en la cancha, compartiendo su pasión por el hockey. Ella tenía solo 14 años cuando él asumió como entrenador del equipo femenino del Club Ciudad de Buenos Aires. Y si bien en ese momento el flechazo se hizo esperar, Carla Rebecchi (28) y Jorge Lombi (41) mantuvieron una amistad que se profundizó con el paso del tiempo. La vida en España –donde ambos integraron los equipos del Club de Campo Villa de Madrid– volvió a reunirlos, pero fue durante unas vacaciones en Buenos Aires, en 2007, que Jorge se animó a hacer la jugada que cambiaría el resto de sus vidas. "Salimos con un grupo de amigos al teatro y de ahí terminamos solos en un bar, jugando al pool. A mí ya me pasaban cosas con Carla, pero no tenía idea si ella sentía lo mismo. Aposté mi vida a que ganaba el partido, y perdí. Eso sí, me gané otra cita con ella", explica el máximo goleador de la selección masculina de hockey.

Carla: Lo gracioso es que él es muy bueno jugando al pool y yo soy malísima. [Risas]. Así que no entiendo qué sucedió esa noche…
Jorge: Pasó que los planetas se alinearon. Si hay algo que me encanta de nosotros es que cada vez que nos enfrentamos por un juego, el desafío se convierte en un duelo letal, a todo o nada. No terminamos hasta que uno de los dos gana.

–¿Los dos son muy competitivos?
Jorge: Ella dice que no, pero sí.
Carla: Bueno, se trata de una sana competencia. [Risas]. Al final, es la pimienta y la parte más divertida de todo reto.

–Y ahora, después de cinco años de noviazgo, planean su casamiento…
Carla: ¡Sí! Siempre me imaginé casándome con el hombre de mi vida y formando una linda familia. Ojo, tampoco soy muy romántica. No fantaseo con una boda gigantesca; prefiero festejar este gran momento con las personas que más quiero en este mundo.
Jorge: Ya reservamos la iglesia del Colegio La Salle de Florida, donde los dos fuimos alumnos. Todavía no tenemos definido el lugar de la fiesta, pero queremos hacerlo frente al río de Olivos. A los dos nos encanta la naturaleza y, además, nos casamos en verano, el 28 de diciembre de 2013. Sé que es una fecha difícil, pero la realidad es que Carla y yo tenemos muchos amigos en Europa, por lo que pensamos en un día que pudiera servir también para las vacaciones…

¿Ya tenés una idea del vestido que vas a usar ese día?
Carla: Me imagino un modelo sencillo, lindo, cómodo… nada despampanante ni con una larga cola que después tenga que arrastrar toda la noche. En ese sentido, los dos somos muy tranquilos, no nos gustan las estridencias… Apostamos a la simpleza de estar juntos, frente a un río, celebrando con nuestros amigos.

–¿Hubo una propuesta de matrimonio o más bien fue una decisión conjunta?
Jorge: No, yo le hice una declaración formal. Ya desde el año pasado venía pensando en cómo sorprenderla. Primero pensé en proponérselo bajo el mar porque los dos practicamos buceo desde hace tiempo. Entonces se me ocurrió entregarle el anillo durante unas vacaciones en el archipiélago de Los Roques, Venezuela. El tema fue que en una de las inmersiones ella se descompensó y tuve que cancelar la propuesta para más adelante. Los Juegos Olímpicos en Londres fueron perfectas para volver a intentarlo. Y lo hice durante la ceremonia de inauguración. Mientras recorríamos con el resto de los argentinos el estadio olímpico le dije: "Tengo que decirte algo importante", y le entregué el anillo. Justo coincidió con el encendido de la llama, que a mí me pareció supersignificativo.
Carla: Fue realmente espectacular, hasta tuvimos los fuegos artificiales y todo. Con Jorge solíamos hacer chistes y yo siempre le decía: "Más te vale que me hagas una buena propuesta; si no, no me caso". Jamás me imaginé que se me iba a declarar justo en medio de los Juegos Olímpicos. Cuando me dio el anillo, empecé a temblar. Fueron demasiadas emociones en un día.

–¿Se imaginan juntos el resto de sus días?
Carla: Creo que uno puede compartir el resto de su vida con la persona que ama. En este sentido, elegí a Jorge como compañero de vida y quiero que sea el padre de mis hijos.
Jorge: A pesar de que es difícil pensar en la eternidad, me gusta creer que puedo bancar este amor hasta el final. Ojalá que así suceda. Cada tanto, con Carla vamos por la calle y miramos a una pareja de abuelitos y pensamos: "¿Llegaremos hasta ese día?". La verdad es que no me imagino sin ella.

–¿La paternidad también está en los planes?
Jorge: Tenemos muchas ganas de armar una familia, pero por ahora vamos a esperar a que Carla termine su carrera deportiva.
Carla: No sé cuánto más voy a jugar. Se viene el Mundial en 2014 y, por supuesto, quiero estar ahí. La idea sería llegar a los Juegos Olímpicos de 2016 y después retirarme y ser madre. Pero bueno, nunca se sabe cómo van a darse las cosas.

–Volviendo a la boda, ¿dónde planean ir de luna de miel?
Carla: Para mí es un misterio. Jorge me quiere sorprender y prefiero que sea así. Y no hay forma de que se equivoque. De una u otra manera, siempre le encuentra una vuelta para hacerme feliz.



Fuente: Revista ¡HOLA!

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