Por primera vez, los salteños tienen la posibilidad de ver, en vivo y en directo, a Sergio “Cachito” Vigil dando indicaciones desde un banco.
Esta tarde transmitirá nuevamente esa magia que le permite ser, todavía, la imagen más buscada por jugadores y público, además de objeto de mucho cariño y admiración por parte de la gente que se le acerca, esté donde esté. Y él responde, en cualquier lugar. Una imagen que para Vigil no es nueva, pero que cada vez vive con la misma emoción.
Parece darse tiempo para todo, para hablar de hockey, para dirigir, para saludar a quienes lo reconocen... También estuvo predispuesto al diálogo extenso y amable con El Tribuno. Una larguísima charla íntima, en la que los recuerdos ocuparon un lugar importante pero también hizo referencia al presente y también al futuro.
Es la primera vez que venís a Salta como entrenador. ¿Una emoción distinta?Efectivamente, nunca antes lo había hecho como técnico. Para mí significa algo muy importante porque siento el compromiso de que el público disfrute de un verdadero espectáculo deportivo. Estoy seguro de que con el Jockey Club lo vamos a lograr, esa es la idea, que más allá de lo competitivo, disfruten los dos equipos y la gente también.
Debo confesar que soy un enamorado del norte, es un lugar ideal para compartirlo en familia. Salta y Jujuy me transmiten algo especial y como dije es un lugar que lo vivo siempre con mis afectos. Hace mucho que vengo y lo hice en varias oportunidades. Siempre es grato...
Esta vez, te trae algo específicamente competitivo. Estás al frente del equipo de River Plate.Es una serie de partidos muy importante para los dos clubes y que sobre todo representa el fruto de un proceso de varios años.
¿Cómo llegan Las Vikingas a tu vida?
Hace tres años, un amigo (Walter Dinardo) me dijo que desde el club me estaban buscando para dirigir. En ese momento estaba negado a volver a hacerlo en el corto plazo porque estaba en un duelo que necesitaba pasar. Sin embargo, sentí que tenía, por lo menos, que ir a verlas jugar.
Una intuición que no te falló.
Soy de guiarme mucho por esas cosas, por ese calor interno que me mueve a hacer determinadas cosas; necesitaba saber qué me pasaba al verlas jugar. Cuando las ví me transmitieron una energía muy especial.
Desde mi renuncia al seleccionado masculino, no sabía cuánto tiempo pasaría para que yo estuviera nuevamente en una cancha. Con River tuve la oportunidad de volver a sentir ese calor interno, desde aquel día que las vi jugar, vi un equipo que tenía ganas de ser cuidado.
River me devolvió la felicidad. Es un equipo que me acaricia el alma y me transmite ganas, humildad, generosidad y, como te dije, un equipo con ganas de ser cuidado. El 11 de agosto de 2009, día de mi cumpleaños, empecé a dirigirlas y tuve mi mejor regalo.
Si tuvieras que elegir una frase para estampar ese momento del sí a River ¿cuál sería?
Mis tripas y mi corazón no me fallaron...(risas)
Después de la decisión, te pusiste el equipo al hombro y empezaste un proceso largo de clasificación.
Comenzamos desde el último escalafón. Empezamos jugando cada uno de los torneos regionales y el estar hoy disputando en Salta una instancia definitoria cumple el objetivo que estuvo y está trazado: crecer. Este grupo buscó y busca seguir creciendo competitivamente pero más allá de eso, como entrenador quiero que disfruten de todo y que puedan seguir forjando su personalidad como equipo. Esto es un aspecto primordial para el crecimiento del conjunto.
Sos parte de una porción muy importante de la historia del hockey argentino. La gente cuando te ve sabe de eso y te lo demuestra. ¿Qué sentís hoy después de aquel duelo?
El afecto de la gente representa un gran mimo para mi corazón. Me da mucha emoción el saber que soy la causa de ese tipo de demostraciones. Tengo varias deudas pendientes con respecto a lugares que todavía me falta por visitar de la Argentina A cada ciudad donde voy trato de devolver todo lo que el hockey me dio a lo largo de los años. Es un lema en mi vida.
Dirigiste a los dos seleccionados mayores. Luego de algunos años, ¿qué sentís por esa etapa de tu vida?
Cuando terminé con el seleccionado masculino, en esa última etapa me quedó una sensación amarga por no haber ayudado desde mi lugar a que los chicos cumpliesen su sueño. ( Argentina perdió la final ante Nueva Zelanda en el 2008 y se quedó fuera de los Juegos Olímpicos de Beijing).
¿Pero es una etapa superada?
Hoy soy la persona más feliz del mundo dirigiendo a Las Vikingas y estoy inmensamente agradecido a Las Leonas y a los varones.
¿Cómo ves actualmente el hockey de nuestro país?
El hockey argentino no para de crecer y lo mejor de todo esto es que ese crecimiento no tiene límites. Te podría decir que en el caso de Las Leonas tienen hasta veinte años más de reserva en el mejor nivel.
Lo bueno de todo esto es que la magia no se pierde. Pero no sólo eso, sino que actualmente sigue contando con jugadoras desde aquellos años como Lucha (Aymar) o Sole García que le van transmitiendo a las más jóvenes esa magia que les permite aprender cosas. La contribución y el aporte de esas jugadoras se ve reflejada en las nuevas. Sin dudas, el más claro aliciente en lo competitivo; Argentina tiene asegurado mucho tiempo de alta competencia.
Hablás de lo competitivo. ¿Hay otro factor más?
Los valores, lo competitivo es importante, pero los valores representan la base.
Las Leonas no fueron ni son un equipo distinto por los títulos, a eso hay que resaltarlo. Fundamentalmente, la esencia de ellas nace en el poder transmitir valores. Aquí, lo importante es destacar que la esencia del hockey va más allá de lo competitivo. Se trata de esa transmisión de valores y vamos a ser capaces de aportar y colaborar con esa realidad en la medida que seamos capaces de garantizar esa transmisión tan fundamental. Eso es lo más difícil.
¿Y el hockey masculino?
El hockey masculino, año a año va creciendo en nuestro país, y soy un convencido de que en algún momento dará una un salto grande. Nos dará una sorpresa que nos alegrará a todos. Pero como suele suceder con todas las cosas, para ello también hace falta cumplir ciertos aspectos.
En este último año pude ver que se le dio al seleccionado masculino un buen nivel de competencia. Es cierto eso de las competencias, pero también hace falta la promoción y fomento.
Específicamente durante los últimos seis años, se observa que el hockey para varones tiene cambios. No son falencias, son aspectos que se necesitan cuidar y sobre los que se deben tomar más conciencia. Por ejemplo, un club tiene derecho a tener hockey masculino. Desde el 2001, cuando comencé con las clínicas por todo el país, tomé la decisión de no dictarlas en aquellos lugares en donde no hay hockey para varones. No me parece justo para ese aporte.
Ahora, centrándonos en el futuro, Juegos Olímpicos de Londres 2012. ¿Cómo ves a Las Leonas en esa competencia?
Antes de que Las Leonas comiencen a jugar el Mundial del 2010 me preguntaron si las veía campeonas y dije que Argentina conseguiría su segundo campeonato mundial. Hoy, con la misma convicción aseguro que Las Leonas lograrán en Londres su primera medalla dorada.
Hemos hablado del pasado y del presente y en ellos dos surge un nombre, Carlos Retegui, ¿qué opinas de él?
Es un buen entrenador
Fuente: El Tribuno
